Moby Dick. La simbología mítica del destino
En el capítulo primero de Moby Dick, Melville justifica su decisión irracional de lanzarse a la mar invocando como testigos autorizados a personajes míticos e históricos del mundo grecolatino. Su conducta atípica y su poder divino dan muestra de que la humanidad en su conjunto, y no solo el protagonista, advierten un desajuste insano entre la razón y el instinto que actúa en ellos como una fuerza poderosa que les arrastra hacia comportamientos extravagantes. Son en definitiva estos seres 'supra' o 'para'- humanos quienes gobiernan el destino. A Poseidón , dios del mar, es a quien primordialmente culpa Ismael de haber puesto en su corazón el insensato deseo aventurero de embarcarse voluntariamente en la un ballenero aun presintiendo para este viaje un desenlace mortal: ¿Por qué los antiguos persas consideraban sagrado el mar? ¿Por qué los griegos le dieron una divinidad aparte, un hermano del propio Júpiter? Cierto que todo esto no carece ...
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