Estrabón
Estrabón
1.
Vida
Es, junto con Ptolomeo, uno de los dos principales geógrafos de la
antigüedad.
Todo lo que sabemos sobre Estrabón proviene de la información de su
Geografía.
A partir de los sucesos que describe, datamos su nacimiento en
torno al 63-64 a. C.
En Amasia del Ponto, una ciudad importante, foco de cultura griega
y en una familia influyente en la política de su tiempo, que, tras la conquista
de Pompeyo tuvo que emigrar y sufrir pérdidas.
Fue discípulo en Nisa de Aristodemo (XIV 1, 48), cuando
ya era mayor, quien instruyó también a los hijos de Pompeyo, con el que estudió
gramática y retórica. Otro maestro importante en Roma fue Tiranión
de Amiso (XII 3, 16), que fue quien participó en la publicación de los escritos
de Aristóteles llevados a Roma desde Atenas como parte del botín de Sila
Viajó por Asia Menor, Grecia, Egipto e
Italia. En Roma estuvo sin duda en varias ocasiones. Pero nada sabemos de la
duración de estas diversas estancias.
. antes del 31, pues contempló el templo de Ceres antes del
incendio de ese año
. quizás formaban parte de la delegación que presentó su sumisión a
Augusto el 7 a. C.
. después del 14 d.C. según se desprende de su descripción de la
tumba de Augusto (V3,8).
En alguna de ellas aprovechó para visitar varias regiones de Italia,
porque afirma haber contemplado las costas, de Cerdeña, Córcega y Elba (V 2,
6), aunque no parece que llegara a pisarlas.
En Alejandría trabajó en el Museo, pero no habla de la biblioteca
por lo que parece que ya se había incendiado (47) y su (II 1, 5)
Emprendió un
viaje por el Nilo en el año 25-4 (XI 11, 5, y XVII 1, 24), en compañía de su
amigo el prefecto Elio Galo,
Su muerte fue
posterior al 23 d. C., ya que constata la fecha en que murió Juba II, rey de
Maurusia, (XVII 3, 7 y 9 y 25), por lo que debió de morir nonagenario.
2.
El texto de la Geografía
El texto nos
ha sido mínimamente conservado gracias al descubrimiento de un
palimpsesto del siglo XI de 44 folios que contenía una parte del pentateuco.
Más adelante aparecieron tres folios del mismo codex en Grottaferrata y otras
22 hojas debajo de unas homilías de Gregorio Nacianceno en un manuscrito del
siglo X, con la que se cubrieron 300 lagunas y se corrigieron muchos errores de
los libros VIII-IX.
Está
muy incompleto el libro VII que debía contener Macedonia y Tracia.
3.
la οἰκουμένη (II 5, 1)
Estrabón
elabora la geografía empezando por lo más general, es decir exponiendo las
dimensiones del Universo, de sus partes habitadas y las características de las
no habitadas (I 1; 15) (I 1, Î 3-15-20) «uniendo en una sola entidad lo que hay
sobre la tierra y en el cielo». El objetivo es ambicioso y requiere una
auténtica polimatía (I 1, 12) pues hay que saber de astronomía, meteorología, geometría,
física y matemáticas. Su obra debe ser mirada como esas estatuas colosales en
las que «no buscamos el detalle pormenorizado, sino que más bien nos fijamos
globalmente, a ver si el conjunto resulta bien» (I 1, 23).
Como es mucho, se queda con el orbe habitado
(I 1, 13) (la οἰκουμένη). Esto es quizá lo más curioso porque nos muestra lo que abarcaba
el mundo en su época.
De acuerdo con su descripción la οἰκουμένη sería una isla (I 18),
como ya sostenían Homero y Eratóstenes (I 1, 9), rodeada de mar y en forma de
clámide como afirma él (II)
Rechaza las pretensiones de que haya habitantes humanos al
sur del Ecuador y considera que sólo la mitad del hemisferio norte es habitable,
ya que, según Estrabón, ni el excesivo frío de las zonas nórdicas ni el calor
de las tórridas permiten la existencia de una vida humana digna de ser tenida
en cuenta (1,4,4 C63d; 2,5,8 C115a; 2,5,43 C135c).
Los límites concretos son los siguientes: por el norte el paralelo
de Ierne (Irlanda) y por el sur el del llamado País de la Canela (κινναμωμοφόροζ),
nombre con el que designaba a la costa de Somalia y la isla de Taprobane
(Ceilán) (2,5,14 C119a-b)47.
Excluye la parte
septentrional de Europa y Asia. Desconoce la existencia de la parte meridional
de África (2,5,15 C119d-120a) y afirma que Libia está muy poco poblada y que
las noticias que sobre ella existen son escasas y poco fidedignas (2,5,33
C131a-b).
Estrabón
medirá las dimensiones en unos 70.000 estadios de largo por 29.300 de ancho (II
5, 6).
Para
la representación gráfica en el mapa, una vez adoptada la proyección ortogonal,
hay que buscar dos ejes principales y trazar paralelas a partir de ellos (II 5,
16). El punto central de esta representación gráfica, por donde pasan tanto el
paralelo como el meridiano principal, es Rodas, convertida así en el centro del
mundo habitado.
4.
Información de otros autores
Aparte
del valor intrínseco de su obra, interesa porque gracias a él tenemos noticia
de otros muchos escritores que de otro modo hubieran sido totalmente
desconocidos. Hace continuamente referencia a las fuentes y, en este sentido,
afirma que «el oído es superior al ojo en materia de ciencia» (II 5, 11)
El grueso de su información le viene de los geógrafos que le han
precedido, que utiliza citándolos casi siempre por su nombre y de viajeros como
Elio Galo le ha informado sobre Arabia (II 5, 12), Gneo Pisón
sobre Libia (II 5, 33) y Atenodoro sobre Petra (XVI 4, 21). Normalmente
da la referencia y hace una crítica de las valoraciones.
Eratóstenes es considerado por él fundamental. Pero Estrabón no quiere seguirlo a pies juntilla y para hacer una obra diferente y con sello propio, Estrabón critica donde puede y cambia la organización general. Da a su obra un carácter más divulgativo, la hace más asequible. Y en dos puntos concretos se extenderá en su crítica: la negación de Homero por parte de Eratóstenes como fuente de conocimientos, la aceptación de periplo de Piteas como fuente sobre las regiones occidentales. La sigue, sin embargo, en el planteamiento general, en los prolegómenos teóricos y, aunque lo sigue, siempre tiene algo que objetar.
5.
Un filósofo con ideas aristotélicas y platónicas
Estrabón refleja una mentalidad post aristotélica y post platónica,
es decir, deja traslucir la influencia de estos dos autores. De Aristóteles
hereda su planteamiento racional, su esfuerzo sistematizador en
el que no se limita a describir, sino que elabora hipótesis teóricas. El mismo
afirma que la geografía una actividad propia del filósofo (I 1, 1), que
requiere una polimatía.
Nos recuerdan a Aristóteles y a Platón su definición de:
Poesía como ‘la
manifestación primera de la filosofía’ (I 1, 10), y dice que ‘no hay
otra cualidad propia del poeta que la de imitar la vida mediante palabras’.
Defiende
su papel didáctico afirmando que, mediante el placer, nos introduce en
el arte de vivir e instruye nuestro carácter, emociones y acciones para
conseguir un objetivo moral; lo mismo que la música (I 2, 3)
Considera el
mito el vehículo apropiado para el aprendizaje porque,
‘Es capaz
de colmar el ansia de sabiduría de una inteligencia todavía tierna y de
dirigirla hacia el terreno social y político mediante ficciones sólo parecidas
a la realidad;
En su propia
época el mito es sustituido por la filosofía, pero ésta es sólo de minorías, de
modo que la poesía sigue sirviendo para la gran mayoría (I 2, 8);
Retórica. ‘la sensatez aplicada a la palabra’.
Música. ‘Al estar compuesta de danza,
ritmo y melodía, nos pone en contacto con lo divino por el placer y la belleza’;
‘La
felicidad es producto de la alegría, las fiestas, la filosofía y la música’
Platón y los pitagóricos llamaron música a la filosofía, estimando
que el universo seguía las leyes de la armonía, que es obra divina, por lo que
debe confiársele la formación del carácter.
Quizá lo más aristotélico sea su planteamiento de la vida social,
sus afirmaciones sobre la formación de las civilizaciones.
Al
hablar de los griegos, mantiene la opinión de que son los seres más
civilizados, porque se gobiernan con leyes, respetan el orden
político, dan importancia a la educación y a la palabra, al razonamiento ‘porque
esos griegos, que son los hombres más charlatanes del mundo’ (III 4, 19),
Se distinguen por su buen gusto y por el cultivo de la ciencia y,
por eso, pese a habitar un país montañoso y pobre, fueron en su día los líderes
de Europa.
Es también aristotélica su teoría sobre la formación de las
ciudades (Pol I 2-10), pues considera que la polis es la comunidad
perfecta y al hombre como animal político por excelencia; quien no vive
en sociedad, dice, es como una bestia o como un dios.
También el dominio romano es para él una garantía de civilización.
Teniendo
en cuenta que era muy reciente la conquista romana del Ponto y la consecuente ruina
de su familia, llama la atención que Estrabón no se muestra hostil con el
dominio de Roma.
A
César lo llama ὁ θεός.
Roma
es la civilización y los demás pueblos son bárbaros que por naturaleza están
destinados a la esclavitud como demuestran su indisciplina, rudeza y
ferocidad (IV 4, 2), o, lo que es peor todavía, bandidos y piratas que son la
máxima amenaza de la vida civilizada (II 5, 26; XIV 5, 2). La ideología
esclavista forma parte de esa concepción con descripciones repugnantes como la
de los britanos (IV 5, 2) o la de los esclavos corsos (V 2, 7).
En
realidad, su etnografía está al servicio del imperialismo y es por doquier una
legitimación de la esclavitud.
Estrabón
es contemporáneo de Augusto, de cuya propaganda oficial es un dócil transmisor.
Admite
que liderazgo griego ahora está en manos romanas y nos habla del parentesco
entre ambos pueblos, e incluso de la mítica fundación de Roma, de las ventajas
naturales de Italia (VI 4, 1-2), y sus juicios históricos sobre diferentes
episodios nunca son desfavorables en lo esencial a Roma, aun manteniendo que la
superioridad griega sobre Roma en cultura es incuestionable y dejando claro que
tienen ideales diferentes: mientras que los griegos buscaron sobre todo la
belleza, los romanos han sido más previsores y utilitarios, dedicándose primero
a las obras públicas como cloacas, acueductos y conducciones de agua en
general, caminos, y sólo después pensaron en el embellecimiento de sus ciudades
(V 3, 8).
Se deleita narrando lo que él considera señales de barbarismo
A veces son simples curiosidades:
1.
Por
un vestido peculiar, como los galos (IV 4, 3), los tapiros (XI 11, 8),
2.
Por
ir prácticamente desnudos como los etíopes (XVII 2, 3);
3.
Al
norte, por vestirse con cortezas de árboles o pieles de focas (XI 8, 7),
4.
Por
ciertos hábitos como el pelo largo de galos y lusitanos (III 3, 7),
5.
los
adornos excesivos de los galos (IV 4, 5)
6.
los
complicados tocados de las turdetanas descritos por Artemidoro (III4, 17).
En casos extremos, el bárbaro da, según él pruebas de un auténtico
salvajismo.
Entre sus costumbres, por la promiscuidad sexual unida a su falta
de pudor, Estrabón menciona el vergonzoso abandono de los ancianos
(XI 4, 8, y 11, 8), el suicidio de los cántabros o la muerte que dan
a sus compañeros para escapar a la esclavitud, lo que es común con celtas,
tracios y escitas, rasgo que Estrabón califica a un tiempo de valeroso y
salvajemente cruel (III 4, 17) 158.
Pero la mayoría de las veces, lo que caracteriza a los bárbaros es su
irreflexión e indisciplina (IV 4, 2)
Su falta de organización: viven de
forma dispersa (XI 2, 16) o son incapaces de organizarse militarmente,
como los del Cáucaso (XI 2, 19) o los iberos (IV 4, 2), o de organizarse socialmente
para explotar los recursos naturales, como los ilirios (VII 5, 10) o los
albanos (XI 4, 3) y de vivir en ciudades, como los iberos (III 2, 15).
La explotación de los recursos naturales es un buen módulo para calibrar el grado de civilización:
Ilirios, así como albanos e iberos (XI 2, 19) o masagetas (XI 8,
6-7) no los aprovechan mientras que los turdetanos sí supieron
hacerlo y por eso son un pueblo más civilizado (III 2, 4-5).
Pero es la agricultura la que, sobre todo, define al
civilizado y, dentro de ella, la calidad de una tierra se prueba por la
posibilidad de cultivar la tríada mediterránea, cereales, vid y olivo (IV
1, 2; XI 11, 1; VII 5, 10, etc.).
De este modo, el contacto con los romanos llevó a los galos
(IV 1, 5) y a los númidas, bajo la dirección de Masinisa (XVII 3, 15) a
abandonar sus hábitos anteriores y convertirse en agricultores.
El ejemplo de organización lo da Europa.
En algunos pasajes Estrabón se hace eco de las ideas sobre la
inocencia primitiva y la corrupción de la civilización, que ya apuntó
Platón. Así,
los albanos son altos y hermosos, tienen tan buena tierra que no
necesitan el mar y no conocen moneda, pesos ni medidas, llevando una vida
ciclópea (XI 4, 3-4);
los etíopes son piadosos y justos y entre ellos no hay robos
los tracios son piadosos (VII 3,3)
De los ictiófagos afirma que, al suprimir lo superfluo, ya no
tienen codicia y eso es lo que evita las guerras y comercio por mar, de modo
que, teniendo lo que desean, son felices según la lógica, no de la opinión sino
de la naturaleza;
los escitas han visto corrompidas sus costumbres por el modo de
vida griego, como muchos otros nómadas: el contacto con el mar les lleva a
piratear y las prácticas mercantiles y el afán de lujo han sustituido su
simplicidad primitiva (VII 3, 7-8) 160.
La civilización puede significar corrupción y una vida
excesivamente fácil acaba arruinando.
6.
Por el entorno histórico, era estoico
o
Se
declara estoico designando a los miembros del
Pórtico como «los nuestros» (II 3, 8), o aplicando el mismo posesivo a Zenón (I
2, 34).
o
Al
hablar de los volcanes y los terremotos dice que ‘Todos estos fenómenos que
apasionaron a los antiguos eran, para el sabio estoico, la ocasión ideal para
mostrar la impasibilidad y acabar con el estupor que causaban en la gente
vulgar’ (I 3, 16).
o
Cree
en el papel de la providencia (IV 1, 14), que engendra a los seres vivos y
distribuye dioses y hombres por el universo produce sus cambios dentro de la
unidad del todo (XVII1, 36).
o
Le
interesa la felicidad del hombre, algo común en las filosofías helenísticas,
que se consigue con alegría, fiestas, filosofía y música
7.
Validez que otorga a Homero
Era su autor
preferido y por la falta de credibilidad que le otorga Erastótenes, rechaza
Estrabón muchas de sus afirmaciones.
Las citas
de Homero doblan las de cualquier otro autor.
Desde los «Prolegómenos», Homero lo invade
todo y acaba convirtiéndose casi en el eje de la descripción de Grecia y
Tróade, no sólo por las fuentes que utiliza Estrabón sino por voluntad de
autor, relacionada como veremos, con los objetivos de su Geografía, y porque
era tradicional considerar a Homero el primer geógrafo e historiador.
8.
Contenido
La Geografía está dividida en 17 libros con dos partes claramente
diferenciadas:
los libros I-II constituyen
los «Prolegómenos», dedicados fundamentalmente
- a la defensa de Homero como geógrafo,
- a la discusión de la obra de sus principales predecesores: los
autores de periplos, las obras históricas, topográficas y de física.
Enumera las distintas razones por
las que se ha hecho geografía, a saber:
- Conocer el país para poder hacer
negocio. Los jónicos.
- Entender los hechos importantes de
la historia. Heródoto.
- Contar un viaje.
- Elaborar un
género mezclado porque el historiador necesita situar en el espacio su
narración porque la obra de viajes, si aspira a ser una obra literaria y no un
mero catálogo, deberá explicar los pueblos y ciudades que menciona.
Desde el libro
III hasta el final se ocupa de la descripción de cada una de las diferentes
regiones del mundo conocido o corografía partiendo de las Columnas de
Heracles y dando la vuelta a la cuenca mediterránea y al mundo habitado, de
Norte a Sur, hasta volver al mismo lugar. Los libros quedan repartidos del
siguiente modo:
III; Iberia;
IV, Galia, Britania e Italia Cisalpina; V, Italia hasta Campania; VI, sur de
Italia y Sicilia; VII, Europa central, Epiro, Macedonia y Tracia; VIII, IX y X, Grecia y las islas; XI-XIV Asia Menor; XV, India y Partia; XVI, Oriente Próximo; XVII, Egipto, Etiopía y
norte de África.
9.
La tarea del geógrafo
La tarea que se
impone como geógrafo es ingente: «exponer en primer lugar nuestro mundo
habitado, sus dimensiones, su figura, su naturaleza y su relación respecto a la
tierra entera, pues ésta es la tarea propia del geógrafo. Después debe dar la
explicación conveniente de cada una de las regiones, tanto terrestres como
marítimas, añadiendo cuanto no haya sido suficientemente tratado por nuestros
predecesores, especialmente los considerados los mejores en estos temas» (II 5,
4).
Es decir, hay una una geografía general y una regional
o corografía:
1. La totalidad del orbe habitado (I
1, 13) debe ir acompañada de las dimensiones y características del universo,
de sus partes habitadas, de las no habitadas y de sus causas (I 1; 15). Como es
mucho, se queda con el orbe habitado.
Pero la geografía no sólo se ocupa de los factores naturales de un
lugar, sino también de los humanos que, aunque varían, si son
importantes adquieren carácter de auténtica naturaleza (II 5, 17): la historia
y el mito, las distinciones físicas y étnicas son importantes, las políticas
y los factores económicos.
2. Tras la geografía general, debe
tratarse la corografía: «mostraremos la realidad actual en cuanto a
disposición y distancias de los lugares, pues ésta es la tarea más propia de la
corografía» (X 3, 5). Salvar el problema
de la aridez de la corografía
Geografía general
La esfera celeste, El globo terrestre, Las zonas, Longitud y
latitud, La altura meridiana de las estrellas (II 5, 38 y 41), La altura del
Sol en el horizonte mediante la sombra del gnomon, La relación del día más
largo con el día más corto, o sencillamente el día más largo (II 1, 11), En las
latitudes septentrionales mediante la altura del Sol en el solsticio de
invierno.
Para realizar estos cálculos se utilizaba la dioptra y el gnomon,
confrontándose, como hemos indicado, la ratio del gnomon con su sombra y el día
más largo. El gnomon podía utilizarse como simple horólogium o reloj para
marcar las horas, o bien como calendario que marcaba los solsticios y las
estaciones.
La Geografía física
En la naturaleza y por obra de la Providencia «todo está en
perpetuo movimiento y sufre grandes cambios» (XVII 1, 36). De modo más general hay
tres aspectos sobre los que sus comentarios retornan de forma periódica: mares
y ríos, sismología y condiciones atmosféricas.
Mares y ríos, las corrientes
La descripción del curso del río Píramo al estrecharse formando
un magnífico cañón es una de las más vivas de su obra (XII 2, 4), los aluviones
de los ríos de la India, y las llanuras de los grandes ríos de Asia Menor, el, debían
su fertilidad al limo arrastrado por los ríos (XV 1, 16), las desembocaduras de
los ríos, por su importancia y dificultades para la navegación, merecen
especial atención. el Ródano, el Erídano (Po) el Istro, el
Indo tiene sólo dos y el Ganges y el delta por excelencia es una vez
más el del Nilo, (XVII 1, 4 y 18). Esos bajos fondos formados por los
aluviones obligan a señalizar mediante torres, como la que hay en la
desembocadura del Betis (III 1, 9),
Seísmos y volcanes. Condiciones atmosféricas. Flora y fauna. Nos informa con mucho interés. Lleno de curiosidades como lo que
cuenta sobre los monos o sobre los tigres de la india. Habla de las fabulosas
hormigas-leones buscadoras de oro (II 1, 19; XV 1, 37 y 69)
Nos narra asimismo episodios legendarios relacionados con leones
(XVI 4, 20) o el culto que recibía este animal en Leontópolis, en Egipto.
Estrabón puede contarnos desde que Alabanda está llena de
escorpiones (XIV 1, 26) hasta los enormes perjuicios que ocasiona el conejo en
Iberia (III 2, 6, y 5, 2), o la abundancia excepcional de ratas; en Cantabria
que obligó a los romanos a poner precio a sus cabezas (III 4, 18).
Y lo mismo sucede con la flora:
Geografía humana, Etnografía.
Geografía urbana. Geografía
económica. Agricultura. La vid El olivo. Frutales. Perfumes y especias. Ganadería,
Apicultura. Pesca y derivados. Minerales.
Oro. — Estrabón ofrece frecuentes, aunque breves, descripciones
de cómo se encuentra. Turdetania
En Britania hay oro, plata, hierro que se importa junto con
esclavos, pieles y perros de caza (IV 5, 2).
Pero es en Arabia donde se da en abundancia, por ejemplo entre los
sabeos y gerreos que hacen sus lechos, sus trípodes, crateras y vasos de oro y
plata, y adornan las puertas y los muros de sus casas con marfil, oro, plata y
piedras preciosas (XVI 4, 19).
Plata Turdetania, donde la plata aparece,
en parte, mezclada con oro, el electro (III 2, 8-9)
Estrabón nos ha mantenido la descripción de Polibio de las minas de
Cartago Nova, con sus rentas incluidas, y añade que todavía se trabajan aunque
ya no son del estado sino de particulares, al contrario que las de oro (III 2,
10).
Mezclada con plomo en pequeñas cantidades no aprovechables se da en
Cástulo (ibid.). Según Posidonio, la plata se limpiaba en Iberia con una tierra
arcillosa (XIII 1, 67).
En la India las minas de plata son excelentes, según el experto en
metales Gorgo (XV 1, 30). Hay entre ios musicanos, pero no la usan (XV 1, 34) y
en Carmania, según Onesicrito, además de cobre, cinabrio y sal (XV 2, 14).
En Arabia es muy abundante entre sabeos, gerreos y nabateos (XVI 4,
19 y 26) y en otros lugares de Arabia cambian dos partes de oro por una de
plata y tres de oro por un de bronce porque no saben trabajar el oro y carecen
de plata y bronce (XVI 4, 18).
Otros metales. El hierro mejor y más
abundante es el de Turdetania (III 2, 8) El cobre también es mejor y más
abundante en Turdetania, y hay minas en Cotina (III 2, 8). Hay estaño en
Cástuio (III 2, 10).El asfalto y la nafta eran muy conocidos desde
antiguo en Asia. La pez, fundamental en la industria naval para el
calafateado de los barcos, se exportade Turdetania (III 2, 6), se produce en
los Alpes, junto con resina,
Entre Ptolemaida y Tiro se da la arena usada para fabricar el vidrio
Las perlas provenían
sobre todo de la India (XV 1, 67),
Los elefantes desde la época helenística fueron un factor económico
importante, no tanto por el marfil como por su uso en grandes cantidades en los
ejércitos, de donde el interés creciente por su captura. Brazaletes y collares de
marfil se exportaban de Céltica a Britania (IV 5, 3).
Estrabón nos ha conservado una descripción, quizás de Onesicrito, de
su caza y domesticación, reproducción, hábitos y edad que alcanzan ¡hasta 500
años, según Onesicrito! (XV 1, 42-3).
Para nadie es un secreto la importancia del tráfico de esclavos
en la Antigüedad. Estrabón recuerda cómo los atenienses acostumbraban a
llamarlos según las regiones de origen o por nombres que se asociaban con ellas
(VII 3, 12). Los venden los nómadas asiáticos del Tanaide (XI 2, 3). Nos da una
descripción personal de esclavos britanos y corsos (IV 5, 2, y V 2, 7) y dedica
una larga parrafada al mayor mercado de esclavos, que fue el de Délos, que traficaba
hasta con 10.000 esclavos diarios, y constituyó el gran negocio de los piratas
cilicios para satisfacer las demandas cada vez mayores de los romanos tras sus
victorias sobre Cartago y Corinto (XIV 5, 2). Véase lo que era el trabajo del
esclavo en las minas: «Las minas estaban dirigidas por publícanos que empleaban
a esclavos vendidos en el mercado por sus crímenes. Además del terrible trabajo,
el aire era mortal e insufrible por las emanaciones del mineral, por lo que los
obreros estaban destinados a una rápida muerte» (XII 3, 40).
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