La divulgación científica y su uso retórico en Aristóteles. El razonamiento dialéctico y la divulgación científica
Considerar que Aristóteles es un divulgador es, cuanto menos, una
osadía. La idea me vino a la cabeza al comprobar lo reiteradamente que se
citaba a Aristóteles, -eso sí, descontextualizado- para apoyar afirmaciones de
muy diversa índole. La mayor parte de las veces se trata de citas reales,
aunque fuera de contexto y sin la referencia textual y sin tener en cuenta que
lo que conservamos de Aristóteles son escritos académicos, sino que son notas
que utilizaba en las explicaciones y que, conociendo su modo de razonar, se usaban
para enfocar los problemas desde distintos puntos de vista. Por eso esas citas
descontextualizadas, sirven para afirmar un postulado y su contrario.
Y es que Aristóteles, o los escritos aristotélicos que conservamos
reflejan una fina observación, de una sabia argumentación y un uso del lenguaje
muy preciso. Por eso, fuera de contexto y de procedimiento argumentativo, esas
expresiones tan redondas, porque lo son, no reproducen realmente el pensamiento
concreto del autor, ni mucho menos la tesis que se refuerza con la cita.
Por otra parte, el método escolástico, que ha dominado el
pensamiento occidental, se basó inicialmente en esta manera de argumentar de
Aristóteles, y por eso quizá la vuelta a las formulaciones de este autor,
resulta tan familiar.
Quizá el culpable sea el mismo, quien, en uno de sus tratados, De
Caelo (Cael. 270b19-21) afirma con las creencias y opiniones, que éstas han
llegado a ser creídas y transmitidas innumerables veces. Más concretamente,
dice que los proverbios son las ‘reliquias de la antigua filosofía que contuvo
las grandes destrucciones de la humanidad y que se salvaron gracias a su
concisión y perspicacia’
Los endoxa
Una de las razones que ha convertido a Aristóteles en un referente
atemporal es que este autor otorga un gran protagonismo al pensamiento de sus
predecesores.
Las opiniones de los expertos (lo que llamó ἔνδοξα) son para él tan válidas como lo es la observación directa
de un fenómeno y, por ello debe ser usadas como punto de partida de una
argumentación. Son además útiles en una segunda fase, como primera
recopilación, como lo es la ἱστορία y la ἐμπειρία, como criterio de debate y, finalmente,
corroboran las conclusiones a las que se llega y otorgan validez a las mismas.
No es éste el momento de emitir un juicio sobre el grado de
veracidad con que Aristóteles transmite el pensamiento de sus predecesores,
pero indudablemente su papel como doxógrafo es digno de elogio, pues gracias a
él conservamos textos de muchos autores anteriores, que de otro modo no
habríamos conocido y, por ello, hay que valorar su aportación a la historia del
pensamiento y destacar esa idea suya de que existe continuidad en el desarrollo
del saber.
Aristóteles aconseja el recurso a los endoxa en las distintas fases
del razonamiento.
NE 1143b11 ὥστε δεῖ προσέχειν τῶν ἐμπείρων καὶ πρεσβυτέρων ἢ
φρονίμων ταῖς ἀναποδείκτοις φάσεσι καὶ δόξαις οὐχ ἧττον τῶν ἀποδείξεων· διὰ γὰρ
τὸ ἔχειν ἐκ τῆς ἐμπειρίας ὄμμα ὁρῶσιν ὀρθῶς.
Las afirmaciones y opiniones no probadas de personas experimentadas
y ancianas, o de hombres prudentes, merecen tanta atención como las que se
apoyan con pruebas; porque la experiencia les ha dado ojo para las cosas, y por
eso ven correctamente.
En la Ética a Nicómaco (1143b11) asevera que ‘Las
afirmaciones y opiniones no probadas de personas experimentadas y mayores, o de
hombres prudentes, son tan dignas de atención como las que se apoyan en
pruebas; porque la experiencia les ha dado ojo para las cosas, y por eso ven
correctamente’.
Estas endoxa constituyen la fuente fundamental de la argumentación dialéctica,
la que adecuada para las ciencias humanas (Ética, Retórica y Política)
que, por moverse en el ámbito de la conducta del hombre no argumenta sobre lo
verdadero, como la argumentación silogística, sino sobre lo verosímil.
El campo de lo verosímil, de lo
probable, de lo que sucede la mayor parte de las veces (ὠς ἐπὶ τὸ πολύ) se
define en Tópicos I, (100a 30-b 24) ‘como lo que no se cree por su
verdad intrínseca sino por las opiniones comúnmente aceptadas admitidas por
todos, por la mayoría, por los filósofos (...), o por los más notables e
ilustres de éstos’.
Como explica Alejandro
de Afrodisias, en su Comentario a los Tópicos:
In Aristotelis Topicorum Commentaria 19 Διαφέρει δὲ τὸ ἔνδοξον
τοῦ ἀληθοῦς οὐ τῷ ψευδὲς εἶναι (ἔστι τάρ τινα ἔνδοξα καὶ ἀληθῆ) ἀλλὰ τῇ ἐπικρίσει·
ὅταν γὰρ τοῦτο αὐτῷ ὁμολογῇ, τότε ἐστὶν ἁληθές· τῷ δὲ ἐνδόξῳ οὐκ ἁπὸ τῶν πραγμάτων
ἡ ἐπίκρισις ἀλλ᾿ ἀπὸ τῶν ἀκουόντων καὶ τῶν τούτων ὑπολήψεων, ἁς ἔχουσι περὶ τῶν
πραγμάτων.
La verosimilitud difiere de la verdad, no por ser falsa
-algunas opiniones encomiables son, de hecho, verdaderas-, sino por los
criterios en que se basa el juicio. Algo es verdadero cuando el juicio
concuerda con la realidad. En el caso de la verosimilitud, el juicio no se hace
con referencia a las cosas en sí, sino con referencia a los oyentes y a sus
creencias sobre esas cosas.
'La
verosimilitud difiere de la verdad, no por ser falsa -algunas opiniones
encomiables son, de hecho, verdaderas-, sino por los criterios en que se
basa el juicio. Algo es verdadero cuando el juicio concuerda con la realidad.
En el caso de la verosimilitud, el juicio no se hace con referencia a las cosas
en sí, sino con referencia a los oyentes y a sus creencias sobre esas cosas’.
Aristóteles recomienda el uso del
método dialéctico:
1.
al comienzo de la argumentación. Metafísica (995a24-30) el método
dialéctico debe utilizarse al principio de la argumentación, tanto para
enunciar y especificar con precisión la cuestión como para saber si alguien
antes que nosotros ya la había considerado y había encontrado la solución.
Met. 995a24-30 ἀνάγκη πρὸς τὴν ἐπιζητουμένην ἐπιστήμην ἐπελθεῖν
ἡμᾶς πρῶτον περὶ ὧν ἀπορῆσαι δεῖ πρῶτον: ταῦτα δ᾽ ἐστὶν ὅσα τε περὶ αὐτῶν ἄλλως
ὑπειλήφασί τινες, κἂν εἴ τι χωρὶς τούτων τυγχάνει παρεωραμένον. ἔστι δὲ τοῖς εὐπορῆσαι
βουλομένοις προὔργου τὸ διαπορῆσαι καλῶς: ἡ γὰρ ὕστερον εὐπορία λύσις τῶν
πρότερον ἀπορουμένων ἐστί, λύειν δ᾽ οὐκ ἔστιν ἀγνοοῦντας τὸν δεσμόν
Con vistas a la ciencia que andamos buscando es necesario que vayamos, primeramente, a aquellas cuestiones en cuyo carácter aporético conviene situarse en primer lugar. Se trata de aquellas (cuestiones) acerca de las cuales algunos han pensado de manera distinta y, aparte de éstas, si alguna otra resulta que está pasada por alto. Ahora bien, detenerse minuciosamente en una aporía es útil para el que quiere encontrarle una salida adecuada. En efecto, la salida adecuada ulterior no es sino la solución de lo previamente aporético. Por lo demás, quien no conoce el nudo no es posible que lo desate.
También en Tópicos aconseja
usar el método dialéctico en los debates intelectuales y en los encuentros
casuales, como primer paso hacia la filosofía, porque (Top. 101a 27)
(Top. 101a 30) ‘nos permitirá argumentar más fácilmente sobre el tema propuesto’.
Top. 101a27 Ὅτι μὲν οὖν πρὸς γυμνασίαν χρήσιμος, ἐξ αὐτῶν
καταφανές ἐστι· μέθοδον γὰρ ἔχοντες ῥᾷον περὶ τοῦ προτεθέντος ἐπιχειρεῖν δυνησόμεθα.
Que es útil como formación es obvio a primera vista. La
posesión de un plan de investigación nos permitirá argumentar más fácilmente
sobre el tema propuesto.
A efectos de encuentros casuales, es útil porque, cuando
hayamos hecho recuento de las opiniones sostenidas por la mayoría de las
personas, nos encontraremos con ellas en el terreno no de las convicciones
ajenas, sino de las propias, al tiempo que desplazamos el terreno de cualquier
argumento que nos parezca poco sólido.
En el caso de las ciencias más abstractas (Top.101a35-101b) el
recurso a las opiniones de los expertos permite, establecer primeros
principios (las bases últimas de los principios utilizados en diversas
ciencias) que, por no ser demostrables, quedan fuera del campo de lo razonable
y de lo establecido a partir de la verdad.
2. En una segunda fase de la
argumentación, aconseja en Metafísica utilizar las opiniones de los
expertos (ἔνδοξα) como (Met. 983b 1-7) indicadores de que la investigación
avanza por el camino correcto, para
reconocer la verdad o falsedad de una aporía y para saber dónde radica esa
verdad o falsedad ya que, dado que es de carácter probable, el razonamiento
dialéctico no nos obliga a enfocar el tema desde el único punto de vista
verdadero, sino que nos permite enfocar el problema desde dos puntos de vista
opuestos, porque enfocando un problema desde distintos puntos de vista se
detecta mejor que hay de verdad o falsedad en una tesis.
Met. 983b 1-7 ὅμως δὲ παραλάβωμεν καὶ τοὺς πρότερον ἡμῶν εἰς
ἐπίσκεψιν τῶν ὄντων ἐλθόντας καὶ φιλοσοφήσαντας περὶ τῆς ἀληθείας. δῆλον γὰρ ὅτι
κἀκεῖνοι λέγουσιν ἀρχάς τινας καὶ αἰτίας: ἐπελθοῦσιν οὖν ἔσται τι προὔργου τῇ
μεθόδῳ τῇ νῦν: [5] ἢ γὰρ ἕτερόν τι γένος εὑρήσομεν αἰτίας ἢ ταῖς νῦν λεγομέναις
μᾶλλον πιστεύσομεν.
Sin embargo, aprovechemos la evidencia de aquellos que antes
que nosotros han abordado la investigación de la realidad y
filosofado sobre la verdad. Porque es evidente que ellos
también reconocen ciertos principios y causas, por lo que será de alguna ayuda
para nuestra presente investigación si estudiamos sus enseñanzas; porque
descubriremos algún otro tipo de causa, o tendremos más confianza en las que
acabamos de describir.
Y lo mismo dice en tópicos (Top. 163b1) (Top. 163b4) (Top.
163b11).
3. En la fase final de una línea
argumental, los ἔνδοξα son útiles para reforzar la posición a la que
hemos llegado después de haber estudiado el caso, como se dice en Ética a
Nicómaco (EN 1145b 1-7): ‘ya que, si
las discrepancias pueden ser resueltas, y queda un residuo de opinión
corriente, la verdadera opinión habrá sido suficientemente establecida'.
NE 1145b1-7 δεῖ δ᾽, ὥσπερ ἐπὶ τῶν ἄλλων, τιθέντας τὰ
φαινόμενα καὶ πρῶτον διαπορήσαντας οὕτω δεικνύναι μάλιστα μὲν πάντα τὰ ἔνδοξα
περὶ ταῦτα τὰ πάθη, εἰ δὲ μή, τὰ πλεῖστα καὶ κυριώτατα: ἐὰν γὰρ λύηταί τε τὰ
δυσχερῆ καὶ καταλείπηται τὰ ἔνδοξα, δεδειγμένον ἂν εἴη ἱκανῶς.
Como en los demás casos, deberemos, después de establecer
los hechos observados y resolver las dificultades que se presenten, probar, si
es posible, la verdad de las opiniones admitidas sobre estas pasiones, y si no,
la mayoría de ellas y las más importantes; pues si se las dificultades y las
opiniones aceptadas quedan firmes y resultará suficientemente establecido este
asunto.
Una vez establecido un principio, hay que revisarlo de nuevo teniendo en cuenta las opiniones de los expertos y, frente a puntos de vista diferentes, decidir quién tiene razón. En de Caelo (Cael.279b 2-12) utiliza la metáfora de los litigantes en un juicio, cuyos argumentos deben ser escuchados imparcialmente por un juez para estar en condiciones de emitir un veredicto imparcial, porque si no se tienen en cuenta estas opiniones, sería como formular acusaciones sin dejar que los acusados se defiendan.
Cael. 279b 2-12. διεξελθόντες πρότερον τὰς τῶν ἄλλων ὑπολήψεις·
αἱ γὰρ τῶν ἐναντίων ἀποδείξεις ἀπορίαι περὶ τῶν ἐναντίων εἰσίν. Ἅμα δὲ καὶ μᾶλλον
ἂν εἴη πιστὰ τὰ μέλλοντα λεχθήσεσθαι προακηκοόσι τὰ τῶν ἀμφισβητούντων λόγων
δικαιώματα. Τὸ γὰρ ἐρήμην καταδικάζεσθαι δοκεῖν ἧττον ἂν ἡμῖν ὑπάρχοι· καὶ γὰρ
δεῖ διαιτητὰς ἀλλ' οὐκ ἀντιδίκους εἶναι τοὺς μέλλοντας τἀληθὲς κρίνειν ἱκανῶς.
Empecemos por examinar las teorías de otros pensadores; pues
las pruebas de una teoría son dificultades para la teoría contraria. Además,
quienes hayan escuchado antes los argumentos de nuestros adversarios estarán
más dispuestos a dar crédito a las afirmaciones que vamos a hacer. Estaremos
menos expuestos a ser acusados de obtener una sentencia en rebeldía. Para dar
una decisión satisfactoria en cuanto a la verdad es necesario ser más un
árbitro que una parte en la disputa.
La diferente
naturaleza de cada ciencia
Otra característica de los escritos aristotélicos que ha
contribuido a su descontextualización generalizada y a su utilización
arbitraria es la diferente manera que tiene el autor de utilizar información
inicialmente recogida y de llevar a cabo la investigación según sea la
naturaleza de cada ciencia.
Un ejemplo claro se puede apreciar
cuando leemos las afirmaciones que Aristóteles hace sobre la Historia, a la que
no considera una ciencia y, en este sentido, afirma que los historiadores deben
limitarse a narrar los sucesos pasados como acontecimientos particulares y que
no es su tarea extraer de ellos generalizaciones sobre ‘lo que podría ocurrir
según la probabilidad o la necesidad’, ni tampoco es su papel buscar una
relación causal entre lo demás ocurrido durante el mismo período de tiempo. (Po.
1451a36-b1).
Po. 1451a36-b1. ὁ γὰρ ἱστορικὸς καὶ ὁ ποιητὴς οὐ τῷ ἢ ἔμμετρα
λέγειν ἢ ἄμετρα διαφέρουσιν (…) ἀλλὰ τούτῳ διαφέρει, τῷ τὸν μὲν τὰ γενόμενα
λέγειν, τὸν δὲ οἷα ἂν γένοιτο. διὸ καὶ φιλοσοφώτερον καὶ σπουδαιότερον ποίησις ἱστορίας
ἐστίν· ἡ μὲν γὰρ ποίησις μᾶλλον τὰ καθόλου, ἡ δ᾽ ἱστορία τὰ καθ᾽ ἕκαστον λέγει.
La diferencia entre un historiador y un poeta no es que uno
escriba en prosa y el otro en verso (...) La verdadera diferencia es ésta, que
uno cuenta lo que pasó y el otro lo que podría pasar. Por eso la poesía es algo
más científico y serio que la historia, porque la poesía tiende a dar verdades
generales mientras que la historia da hechos particulares.
La valoración que hace aquí Aristóteles es cuando menos
sorprendente, en la medida en que fue la primera persona que estudió
directamente los documentos en los que se registraban los hechos y, de hecho,
llevó a cabo una importante labor de recopilación, clasificación y descripción
del material investigado.
A esta tarea de recopilación de datos, la ἰστορία, le da menos
valor que a los endoxa, a las opiniones de los expertos. Sería para él un
trabajo similar al de un observador que describe un fenómeno natural o lo que
se encuentra al diseccionar un animal.
Para lo que sí que sirven estos datos es para teorizar sobre lo que
constituye la finalidad de las dos ciencias humanas más importantes, es decir
para determinar las condiciones definibles para la consecución de la felicidad
en la Ética y del estado superior en la Política.
En las ciencias naturales, de los datos proporcionados se extrae mediante
inferencia causal un principio generalizador, que acaba siendo una ley
necesaria y universal que luego se aplica a los casos particulares.
En las ciencias humanas la incorporación de este material
individual debe realizarse siguiendo un método distinto, porque las
acciones humanas operan en el campo del razonamiento práctico, de la φρόνησις, y
por tanto, por su propia naturaleza, no son susceptibles de entrar en relación
causal entre sí y no pueden someterse a la necesidad. Siempre se mueven en el
terreno de lo contingentes, donde la necesidad no tiene cabida porque cada acto
humano es siempre producto del libre albedrío y, por tanto, único.
De ahí que Aristóteles enseñe en la Retórica a elaborar
razonamientos dialécticos usando como premisas esos datos proporcionados por la
historia. Y estos ejemplos son muy comodos para ser usados en la divulgación
científica y transmitidos de uno a otro fuera de contexto.
El hecho de que no sea posible
establecer un principio necesario que determine los sucesos esperables en los
actos humanos no significa que las ciencias humanas deban estudiarse siempre
como un conjunto de informaciones únicas y particulares. Es necesario un cierto
grado de generalización, y ésta es, en efecto, la misión del conocimiento
histórico, como explica en Metafísica (981a1-24).
Met. 981a1-24- καὶ δοκεῖ σχεδὸν ἐπιστήμῃ καὶ τέχνῃ ὅμοιον εἶναι
καὶ ἐμπειρία, ἀποβαίνει δ᾽ ἐπιστήμη καὶ τέχνη διὰ τῆς ἐμπειρίας τοῖς ἀνθρώποις·
ἡ μὲν γὰρ ἐμπειρία τέχνην ἐποίησεν, ὡς φησὶ Πῶλος, ἡ δ᾽ ἀπειρία τύχην. γίγνεται
δὲ τέχνη ὅταν ἐκ πολλῶν τῆς ἐμπειρίας ἐννοημάτων μία καθόλου γένηται περὶ τῶν ὁμοίων
ὑπόληψις. τὸ μὲν γὰρ ἔχειν ὑπόληψιν ὅτι Καλλίᾳ κάμνοντι τηνδὶ τὴν νόσον τοδὶ
συνήνεγκε καὶ Σωκράτει καὶ καθ᾽ ἕκαστον οὕτω πολλοῖς, ἐμπειρίας ἐστίν· τὸ δ᾽ ὅτι
πᾶσι τοῖς τοιοῖσδε κατ᾽ εἶδος ἓν ἀφορισθεῖσι, κάμνουσι τηνδὶ τὴν νόσον,
συνήνεγκεν, οἷον τοῖς φλεγματώδεσιν ἢ χολώδεσι ἢ πυρέττουσι καύσῳ, τέχνης. πρὸς
μὲν οὖν τὸ πράττειν ἐμπειρία τέχνης οὐδὲν δοκεῖ διαφέρειν, ἀλλὰ καὶ μᾶλλον ἐπιτυγχάνουσιν
οἱ ἔμπειροι τῶν ἄνευ τῆς ἐμπειρίας λόγον ἐχόντων (αἴτιον δ᾽ ὅτι ἡ μὲν ἐμπειρία
τῶν καθ᾽ ἕκαστόν ἐστι γνῶσις ἡ δὲ τέχνη τῶν καθόλου, αἱ δὲ πράξεις καὶ αἱ
γενέσεις πᾶσαι περὶ τὸ καθ᾽ ἕκαστόν εἰσιν· οὐ γὰρ ἄνθρωπον ὑγιάζει ὁ ἰατρεύων ἀλλ᾽
ἢ κατὰ συμβεβηκός, ἀλλὰ Καλλίαν ἢ Σωκράτην ἢ τῶν ἄλλων τινὰ τῶν οὕτω λεγομένων ᾧ
συμβέβηκεν ἀνθρώπῳ εἶναι· ἐὰν οὖν ἄνευ τῆς ἐμπειρίας ἔχῃ τις τὸν λόγον, καὶ τὸ
καθόλου μὲν γνωρίζῃ τὸ δ᾽ ἐν τούτῳ καθ᾽ ἕκαστον ἀγνοῇ, πολλάκις διαμαρτήσεται τῆς
θεραπείας· θεραπευτὸν γὰρ τὸ καθ᾽ ἕκαστον).
La experiencia parece relativamente semejante a la ciencia y
al arte, pero el hecho es que, en los hombres, la ciencia y el arte resultan de
la experiencia: y es que, como dice Polo, y dice bien, la experiencia da lugar
al arte y la falta de experiencia al azar. El arte, a su vez, se genera cuando
a partir de múltiples percepciones de la experiencia resulta una única idea
general acerca de los casos semejantes. En efecto, el tener la idea de que a
Calías tal cosa le vino bien cuando padecía tal enfermedad, y a Sócrates, e
igualmente a muchos individuos, es algo propio de la experiencia; pero la idea
de que, a todos ellos, delimitados como un caso específicamente idéntico, les
vino bien cuando padecían tal enfermedad (por ejemplo, a los flemático o
biliosos o aquejados de ardores febriles); es algo propio del arte.
El conocimiento histórico, por tanto, es un conocimiento de la
experiencia, de la generalización sobre casos similares que, aplicado a las
ciencias humanas, permite teorizar sobre el comportamiento humano y hacer
objeto de ciencia lo que de otro modo sólo sería susceptible de observación
como fenómeno sometido a influencias aleatorias.
La investigación histórica
sería pues un instrumento necesario para hacer descripciones y análisis de
situaciones concretas en función de componentes o factores universales. Del
mismo modo que las ciencias naturales determinan tipos taxonómicos universales
que se aplican como modelos para analizar y hacer comprensible el
comportamiento empírico y contingente de los organismos, la historia humana
determina tipos taxonómicos universales, tanto los relativos a las formas de
organización política -como oligarquías, tiranías, democracias, dentro de las
cuales se desarrolla necesariamente la vida en una ciudad- como los tipos de
comportamiento que determinan los principios de la ética.
En la Retórica Rh. 1360a37. da indicaciones sobre cómo usar
esos datos procedentes de la investigación histórica como fuentes para el
discurso deliberativo, es decir el que aconseja sobre lo adecuado o no adecuado
a la hora de tomar una decisión colectiva en el futuro. Ayuda también a
establecer normas para la formación de juicios prudenciales sobre lo que es
mejor, tanto en el ámbito de la reflexión personal como en el de la discusión
colectiva, para orientar correctamente las decisiones de un gobierno.
Rh. 1360a37. Χρήσιμον (…) πρὸς δὲ τὰς πολιτικὰς
συμβουλὰς αἱ τῶν περὶ τὰς πράξεις γραφόντων ἱστορίαι. Los escritos
históricos de quienes escriben sobre las acciones de los hombres son útiles
para las deliberaciones políticas.
Una simple ilustración de este uso,
es cómo se emplea en la construcción de silogismos, como puede verse en
Analíticos segundos (APo. 94a36) y en el uso que se hace en la Retórica de los
ejemplos históricos en el discurso deliberativo como criterio de verosimilitud,
como fuente de persuasión que se da en el ámbito de lo que Aristóteles llama τὀ
ὡς ἐπὶ τὸ πολύ, 'lo que sucede la mayoría de las veces', un tipo de certeza en
la que se basa el conocimiento, que hace referencia a lo característico de la
naturaleza humana (HA 727b29-30) que por su propia esencia no puede ser
necesario, pero del que se puede derivar el conocimiento popular, científico y
general.
Apo. 94a36. Τὸ δὲ διὰ τί ὁ Μηδικὸς πόλεμος ἐγένετο Ἀθηναίοις;
τίς αἰτία τοῦ πολεμεῖσθαι Ἀθηναίους; ὅτι εἰς Σάρδεις μετ' Ἐρετριέων ἐνέβαλον·
τοῦτο γὰρ ἐκίνησε πρῶτον. πόλεμος ἐφ' οὗ Α, προτέρους εἰσβαλεῖν Β, Ἀθηναῖοι τὸ
Γ. ὑπάρχει δὴ τὸ Β τῷ Γ, τὸ προτέροις ἐμβαλεῖν τοῖς Ἀθηναίοις, τὸ δὲ Α τῷ Β·
πολεμοῦσι γὰρ τοῖς πρότερον ἀδικήσασιν. ὑπάρχει ἄρα τῷ μὲν Β τὸ Α, τὸ πολεμεῖσθαι
τοῖς προτέροις ἄρξασι· τοῦτο δὲ τὸ Β τοῖς Ἀθηναίοις· πρότεροι γὰρ ἦρξαν. μέσον ἄρα
καὶ ἐνταῦθα τὸ αἴτιον, τὸ πρῶτον κινῆσαν.
¿Cuál es la causa que origino que surgiera la guerra contra
los atenienses?La respuesta es: "Porque asaltaron Sardes con los
etruscos", ya que esto originó la guerra. Sea A la guerra, B la incursión
no provocada, C los atenienses. Entonces B, incursión no provocada, es verdad
de C, los atenienses, y A es verdad de B, puesto que los hombres hacen la
guerra al agresor injusto. Por tanto, A, que les han hecho la guerra, es verdad
de B, los agresores iniciales, y B es verdad de C, los atenienses, que fueron
los agresores. Por tanto, también aquí la causa -en este caso la causa
eficiente- es el término medio.
El concepto de σοφία como motor de la evolución del pensamiento y
de la sociedad
Uno de los tratados que más repercusión ha tenido en los pensadores
posteriores, y en general en toda la filosofía occidental, es la filosofía
política de Aristóteles.
Aquí el autor parece en algunos textos que contradice esa
continuidad del pensamiento de la que hemos hecho mención. Eso muestra al menos
el texto de metereologica, en el que da por supuesto, como si se tratara de un
hecho constatado, que las civilizaciones desaparecen periódicamente por
diversos motivos y de diferentes maneras y que, por ello, existe una ruptura en
la tradición que impide mantener lo que podríamos llamar memoria histórica. Lo
explica claramente en un pasaje muy interesante de Sobre la meteorología
(351b9-13)
16 ‘todo el proceso vital de la tierra
tiene lugar tan gradualmente y en períodos de tiempo tan inmensos comparados
con la duración de nuestra vida, que estos cambios no son observados, y antes
de que su curso pueda ser registrado de principio a fin, naciones enteras
perecen y son destruidas. De tales destrucciones, las más totales y repentinas
se deben a las guerras; pero también las causan las pestes y las hambrunas. Las
hambrunas, por su parte, son repentinas y severas o graduales. En este último
caso, la desaparición de una nación pasa desapercibida porque algunos abandonan
el país mientras otros permanecen; y esto continúa hasta que la tierra es
incapaz de mantener a ningún habitante. Por lo tanto, es probable que
transcurra un largo período de tiempo desde la primera partida hasta la última,
y nadie lo recuerda, ya que el paso del tiempo destruye todo registro incluso
antes de que hayan desaparecido los últimos habitantes. Del mismo modo, es de
suponer que una nación pierda de vista el momento en que se asentó por primera
vez en una tierra que pasaba de ser pantanosa y acuosa a convertirse en seca.
También en este caso, el cambio es gradual y dura mucho tiempo, y los hombres
no recuerdan quién llegó primero, ni cuándo, ni cómo era la tierra cuando ellos
llegaron'.
Mete. 351b9-13. ἀλλὰ διὰ τὸ γίγνεσθαι πᾶσαν τὴν φυσικὴν περὶ τὴν γῆν γένεσιν ἐκ προσαγωγῆς καὶ ἐν χρόνοις παμμήκεσι πρὸς τὴν ἡμετέραν ζωήν, λανθάνει ταῦτα γιγνόμενα, καὶ πρότερον ὅλων τῶν ἐθνῶν ἀπώλειαι γίγνονται καὶ φθοραὶ πρὶν μνημονευθῆναι τὴν τούτων μεταβολὴν ἐξ ἀρχῆς εἰς τέλος. μέγισται μὲν οὖν φθοραὶ γίγνονται καὶ τάχισται ἐν τοῖς πολέμοις, ἄλλαι δὲ νόσοις, αἱ δὲ ἀφορίαις, καὶ ταύταις αἱ μὲν μεγάλαι αἱ δὲ κατὰ μικρόν, ὥστε λανθάνουσι τῶν γε τοιούτων ἐθνῶν καὶ αἱ μεταναστάσεις διὰ τὸ τοὺς μὲν λείπειν τὰς χώρας, τοὺς δὲ ὑπομένειν μέχρι τούτου μέχριπερ ἂν μηκέτι δύνηται τρέφειν ἡ χώρα πλῆθος μηδέν. ἀπὸ τῆς πρώτης οὖν ἀπολείψεως εἰς τὴν ὑστέραν εἰκὸς γίγνεσθαι μακροὺς χρόνους, ὥστε μηδένα μνημονεύειν, ἀλλὰ σῳζομένων ἔτι τῶν ὑπομενόντων ἐπιλελῆσθαι διὰ χρόνου πλῆθος. τὸν αὐτὸν δὲ τρόπον χρὴ νομίζειν καὶ τοὺς κατοικισμοὺς λανθάνειν πότε πρῶτον ἐγένοντο τοῖς ἔθνεσιν ἑκάστοις εἰς τὰ μεταβάλλοντα καὶ γιγνόμενα ξηρὰ ἐξ ἑλωδῶν καὶ ἐνύδρων• καὶ γὰρ ἐνταῦθα κατὰ μικρὸν ἐν πολλῷ γίγνεται χρόνῳ ἡ ἐπίδοσις, ὥστε μὴ μνημονεύειν τίνες πρῶτοι καὶ πότε καὶ πῶς ἐχόντων ἦλθον τῶν τόπων.
La idea de que la naturaleza está sometida a destrucciones
periódicas causadas por cataclismos o fenómenos naturales graduales se
encuentra ya en Platón, y Aristóteles la desarrolla en uno de sus primeros
diálogos, Sobre la filosofía. Según este punto de vista, sería imposible
establecer una continuidad histórica, dado que la ruptura total que existe
entre una civilización y la siguiente impide a las nuevas generaciones conocer
o recordar lo que constituye su herencia cultural.
On Philosophy Ross, Fr. 8b Χρὴ γὰρ εἰδέναι, ὅτι φθείρονται μὲν
ἄνθρωποι διαφόρως καὶ γὰρ ὑπὸ λοιμῶν καὶ λιμῶν καὶ σεισμῶν καὶ πολέμων καὶ
νόσων ποικίλων καὶ ὑφ’ ἑτέρων αἰτιῶν, μάλιστα δὲ ὑπὸ κατακλυσμῶν ἀθροώτερον. οἷος
εἶναι λέγεται ὁ ἐπὶ Δευκαλίωνος, μέγας μὲν, οὐ πάντων δὲ κατακρατήσας,
Hay que tener presente que los hombres perecen de diversas
maneras. Mueren, en efecto, a causa de epidemias, hambrunas, terremotos,
guerras, enfermedades de diversas clases y por otras causas, pero sobre todo
por cataclismos aún más devastadores, como el que se dice que tuvo lugar en
tiempos de Deucalión, que fue grande, aunque no extendió sus efectos sobre
todas las cosas.
Se pierde así todo lo que representa la identidad del pueblo: los
conocimientos técnicos, las configuraciones políticas y las creencias y mitos
históricos colectivos sobre su propio pasado y sobre la existencia de las
divinidades y su naturaleza.
Pero más importante que la teoría de la destrucción de las
civilizaciones es aquí la de las consecuencias posteriores, la palingenesia,
la reproducción del curso histórico.
Es en el diálogo Sobre la
filosofía donde describe el proceso que va de la destrucción de una
civilización a la formación de una nueva sociedad, en diferentes etapas de
desarrollo que corresponden a diferentes ideas que pueden entenderse como
sabiduría (σοφία). Según el texto, éstas conducirían inicialmente a la
invención de recursos para la supervivencia de una sociedad (como moler el
trigo), luego a las artes, después a las leyes y, por último, a las entidades
divinas.
On Philosophy Ross, Fr. 8b οὗτοι οὖν οἱ περιλειπόμενοι, μὴ ἔχοντες
ὅθεν τραφῶσιν, ἐπενόουν ὑπ᾿ ἀνάγκης τὰ πρὸς τὴν χρείαν, ἢ τὸ ἀλήθειν μύλαις σῖτον
ἢ τὸ σπείρειν ἤ τι τοιοῦτον ἄλλο, καὶ ἐκάλεσαν τὴν τοιαύτην ἐπίνοιαν σοφίαν, τὴν
εἰς τὰ ἀναγκαῖα τοῦ βίου τὸ λυσιτελὲς ἐξευρίσκουσαν, καὶ σοφὸν τὸν ἐπινενοηκότα.
πάλιν ἐπενόησαν τέχνας, ὥς φησιν ὁ ποιητὴς ὑποθημοσύνῃσιν Ἀθήνης, οὐ μέχρι
μόνης τῆς εἰς τὸν βίον ἀνάγκης ἱσταμένας, ἀλλὰ καὶ μέχρις τοῦ καλοῦ καὶ ἀστείου
προϊούσας· (…). πάλιν ἀπέβλεψαν περὶ τὰ πολιτικὰ πράγματα καὶ ἐξεῦρον νόμους καὶ
πάντα τὰ συνιστῶντα τὰς πόλεις (…) εἶτα λοιπὸν ὁδῷ προϊόντες καὶ ἐπ᾿ αὐτὰ τὰ
σώματα καὶ τὴν δημιουργὸν αὐτῶν προῆλθον φύσιν, (…) πέμπτον ἐπ᾿ αὐτὰ λοιπὸν ἔφθασαν.
Estos supervivientes, al no tener alimentos suficientes,
inventaron, impulsados por la necesidad, lo que les pareció útil, como moler el
trigo con piedras o plantar o cualquier otra cosa de esta naturaleza, y
llamaron a esto sabiduría inventiva (σοφία), que descubrió como adecuada para
satisfacer las necesidades de la vida y del hombre sabio que se había inventado
(...) Luego inventaron las artes, como dice el poeta, 'con el consejo de
Atenea' (Il. XV 412), pero éstas no se instituyeron sólo en lo necesario para
vivir, sino que progresaron hasta lograr un modo de vida elegante y civilizado
(...) a continuación fijaron su atención en los asuntos políticos e inventaron
las leyes y todo lo necesario para la constitución de las ciudades (...) más
tarde (...) llegaron a los cuerpos propiamente dichos y a la naturaleza (...)
por último, trataron de las entidades divinas.
La misma idea, esbozada con mucho mayor detalle, se desarrollaría
más tarde en Política (1252b), donde describe, con una terminología más exacta,
las distintas etapas del desarrollo desde el estado de cataclismo inicial hasta
la plena formación de la polis. (Pol.
1329b25-31).
El desarrollo de la
comunidad social es visto, pues, como un proceso natural y necesario y, por
tanto, atemporal, atópico y que se repite en distintos momentos históricos. Y
esta idea fue repetida hasta la saciedad por los pensadores de la época
helenística y posteriores. Por ejemplo, Estrabón mantiene este mismo principio
cuando considera que los pueblos civilizados son los que siguen estos mismos
pasos y afirma que quienes no son capaces de seguirlos, son bárbaros.
Conclusiones
Es difícil evaluar hasta qué punto la concepción aristotélica de la
investigación y su uso de la argumentación dialéctica influyeron en las
opiniones de otros autores del pasado. Muchos de ellos sí transmitieron y
adaptaron sus puntos de vista y métodos, extendiéndolos más allá de los ámbitos
exclusivamente filosóficos y haciendo de su valiosa doxografía una especie de
episteme popular. Sus métodos se generalizaron y sus puntos de vista, no
siempre científicos, fueron popularizados por escritores como los poetas
didácticos y, más tarde, por los retóricos y finalmente por los escolásticos.
Su concepción del conocimiento científico, como hemos visto, es
compleja. Además, cambia cuando se aplica a distintas ciencias. Por esta razón,
sus métodos se prestaban en cierto modo a los objetivos de la divulgación
científica.
Es el caso, en particular, de la ética y la física, donde la
argumentación dialéctica se considera un método totalmente suficiente para
garantizar el conocimiento, en la medida en que estas ciencias tratan de
objetos que no son susceptibles de una demostración más exacta.
Una vez evaluado todo el proceso de investigación y argumentación
directa e indirecta, podemos afirmar que, en cierta medida, Aristóteles
estableció efectivamente una línea de pensamiento que permitió que el
conocimiento científico se convirtiera en ciencia popular.
Quizá el culpable sea el mismo, quien, en uno de sus tratados, De
Caelo (Cael. 270b19-21) afirma con las creencias y opiniones, que éstas han
llegado a ser creídas y transmitidas innumerables veces. Más concretamente,
dice que los proverbios son las ‘reliquias de la antigua filosofía que contuvo
las grandes destrucciones de la humanidad y que se salvaron gracias a su
concisión y perspicacia’
Cael. 270b19-21. οὐ γὰρ ἅπαξ οὐδὲ δὶς ἀλλ' ἀπειράκις δεῖ νομίζειν τὰς αὐτὰς ἀφικνεῖσθαι δόξας εἰς ἡμᾶς.creer que las mismas ideas se repiten en la mente de los hombres no una o dos veces, sino una y otra vez.
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