Irlanda

Ayer me entró morriña de Irlanda, ese país tan agradable y con un tiempo tan endiablado que mezcla en sus costumbres aspectos tan gratos y tan familiares para los españoles. La impresión de Irlanda para mí fue como la de encontrarme con un amigo con el que podría haber llegado a una amistad profunda. Nadie te ponía una pega, si te podían facilitar las cosas lo hacían. Te prestan bicis, te invitan a comer y a beber, se come bien. Te introducen en su mundo sin prejuicios y nunca te dicen que hablas fatal el Inglés. Cambian las estaciones en un solo día y eso no impide para que se tome el te allí donde estés a la hora prevista. Costumbre británica.